La mejor opción para la estación más dura del año es equipar al vehículo con neumáticos de invierno en el período comprendido desde noviembre a marzo, y alternarlos con los neumáticos de verano el resto del año.
En la imagen de la izquierda puede observar las grandes diferencias que existen entre un neumático de invierno (izquierda) y un neumático de verano (derecha).
- Sobre asfalto seco con bajas temperaturas.
- En carreteras nevadas.
- Sobre carreteras ligeramente o fuertemente heladas.
- En asfalto húmedo o muy mojado.
- Ante situaciones de niebla helada.
Mejor Capacidad de tracción en cualquier situación.
Reducción del riesgo de aquaplaning
Superior capacidad de frenada
Posibilidad de circular sobre nieve (innecesario el uso de cadenas)
Mayor seguridad sobre hielo o nieve que con el uso de cadenas
Los neumáticos de invierno ofrecen el mejor compomiso entre eficacia y seguridad ante condiciones climatológicas adversas.